Memorias infinitas (Nintendo Switch) – La prueba

Proyecto iniciadocon éxito, Endless Memories es obra de dos hermanos que son, sin duda, sinceros y respetuosos entusiastas del género metroidvania.
Desde Castlevania: Synphony of the Night hasta Hollow Knight, desde la magnífica serie de juegos de plataformas Ori hasta Dust, an Elysian Tail, el género Metroidvania está repleto de verdaderas joyas.
Y es difícil no comparar: Endless Memories es al menos tan ambicioso como sus mayores, como lo demuestra el tamaño del mapa y una vida útil superior a las diez horas de juego.
¿Un recuerdo ya olvidado?
La dirección artística es "linda" pero le falta para ser notable por un centavo. Nuestro personaje, una especie de pequeña carabina armada con una gran espada (o según lo suelte nuestro enemigo con algo que pica o algo que hace chispas) está ultra trabajado, tanto en su diseño como en sus movimientos.
Lectura recomendada:
Rem, nuestro personaje, está magníficamente animado, eso es seguro. Sin embargo, encaja bastante mal en entornos en su mayoría vacíos y no muy animados (aparte de algunos lugares lindos); y un bestiario no muy inspirado. El resultado a la vista no es folichon.
Decepción infinita
En el juego, Endless Memories no está mal, solo que ya se juega en el modo "cómodo, no nos arriesguemos demasiado para ofrecer algo nuevo". La nivelación es automática y el botín es aleatorio. Por supuesto, hay una manera de aumentar nuestras habilidades marciales poniendo, en este o aquel lugar de nuestro inventario, las cosas buenas que hemos recuperado en el campo de batalla.
Sabiendo que estamos rápidamente limitados en el lugar, a pesar de la posibilidad de hacer malabarismos entre varios conjuntos de armas, será necesario tomar decisiones y siempre es agradable sentirse invertido. Digámoslo de nuevo: Endless Memories no es un mal juego.
Las ganancias de poder puntúan la aventura (un glifo que se traga necesariamente después de derrotar a un jefe) y nos abren varios caminos a través del mapa. Clásico, por desgracia, el mapa es simplemente laberíntico para ser laberíntico sin sumergirnos en un universo inquietante, con una tradición inspiradora, una forma de aislarnos de nuestra realidad de una vez por todas. La historia es realmente secundaria. Básicamente, estamos perdidos en el famoso laboratorio de los sueños, un auténtico revoltijo de atmósferas, sin que haya necesidad de contar nada.
Lectura recomendada:
Como resultado, después de diez horas, un cierto hastío caminando por estos largos pasillos, noqueando a estas larvas y a estos jefes. Exploramos sin mirar y lo que encontramos nos lleva al final sin necesariamente las ganas y la embriaguez esperadas al inicio del juego.
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